La Balsa del Sapo, un humedal formado por dos lagunas separadas entre sí por una estrecha mota de tierras, muy próxima a la pedanía de Las Norias de Daza (El Ejido), que ha surgido por el desarrollo de la zona donde se sitúa; hoy día es un ejemplo de convivencia entre un humedal de gran importancia y una zona de producción intensiva. Evidentemente por su situación geográfica, en medio del Campo de Dalías o «mar de plástico», es un punto de controversia, no sólo por lo que supone geográficamente sino por lo que albergan sus aguas y alrededores y como se gestiona todo este conjunto.

Con el paso de los años y con la gestión del agua que contiene, el tamaño de este humedal se ha estabilizado, pero sólo hay que ver esta imagen del Sr. Google para entender la importancia que tiene. Verlo desde la Autovía A7 impresiona bastante.

En torno a este humedal y con la intención de poner en valor la Balsa del Sapo, hace unos años se puso el marcha el Centro de Interpretación y Parque Ornitológico Balsa del Sapo. Un lugar lleno de vida que tiene como objetivo enseñarnos cómo surgió este humedal y que supone en nuestro entorno; para ello cuenta con dos instalaciones próximas, una que alberga la parte de Centro de Interpretación y otra el Parque Ornitológico, que a su vez cuenta con tienda y exposición de mascotas y accesorios.

En este lugar se pueden hacer muchas actividades, desde comprar una mascota a alimentar ponis, pasear entre patos, participar en un taller medioambiental o hacer un sendero por el borde del humedal, todo depende de lo que quieras aprender disfrutando y respetando el entorno, en esto último está el secreto de este lugar. Se basa en el respeto y en la protección de la naturaleza y en transmitir esos valores, sobre todo a los más pequeños.

La zona del Parque Ornitológico está creciendo, su segunda fase está actualmente en construcción, pero visitar la primera fase ya merece una visita o varias. Se puede conocer por libre, participando en algunas de las actividades que organizan (talleres medioambientales, exhibición de loros,…) o asistiendo a una celebración o evento (cuentan con una zona de bar). Lo que sí es cierto, es que este lugar no deja indiferente a nadie, ya sea por los animales que allí viven.

Por sus construcciones sorprendentes y adaptadas a todos los públicos, en especial a los más pequeños (los baños están dentro de la tortuga gigante) y por las que pasear es toda una aventura.

O por lo que puedes aprender en sus instalaciones, el ciclo de la vida.

Y lo mejor de todo es que lo haces de la mano de personas conocedoras y amantes de su trabajo. Además os aseguro que los más pequeños nunca olvidarán este lugar, pues lo conocerán de la mano de Gastón, que aunque no ladre ni vuele, es capaz de captar la atención de cualquier mosca, sólo tenéis que contactar con él para que os organice una gran aventura.

Conocer este lugar es una actividad que se puede realizar en cualquier época del año, esta vivo, siempre tiene algo que enseñarte. Os aconsejo que cuando vayáis, si podéis, caminéis por el borde de la Balsa del Sapo, comprenderéis entonces de donde viene la magia de este lugar, de la fuente de la vida: el agua.

#NoOlvidesTuCantimplora que la vida es una #Aventura

@cabraluz