Visité este lugar en una excursión de geología de la Universidad (hace ya unos cuantos años 😉 ) y desde entonces tenía ganas de volver pero no encontraba el momento, al final la visita la he hecho con mis peques, así que ha sido aún más motivador al poder mostarles lo que en su momento fue un volcán. A los niños, que tienen una percepción muy diferente de la escala del tiempo a la de un adulto (pensar en que aún falta un año para su cumpleaños les cuesta un trabajo enorme), hablarles de millones de años les deja descolocados, aunque cuando escuchan hace mucho mucho tiempo, enseguida lo asocian a los dinosaurios y se quedan tan conformes.
Todo el mundo conoce el origen volcánico de gran parte de Cabo de Gata, ¿Quién no ha observado las lenguas de lava fosilizadas que recuerdan a un paisaje lunar en la Playa de Mónsul, o ha admirado cómo los “Los Frailes” otean el horizonte desde Los Escullos? Pero la sensación de poder entrar en un cráter e imaginar que hace mucho mucho tiempo (en torno a 7 millones de años) por allí emergía lava del centro de la tierra es única. Esta sensación puede vivirse en el Hoyazo de Níjar, también conocido como Volcán de la Granatilla, se trata de un cráter erosionado de un antiguo volcán submarino (toda esta zona estaba cubierta por el mar) y cuando el volcán se extinguió se formó en su perímetro un arrecife de coral.
Para llegar hasta el destino de esta aventura hay que ir por la A7 dirección Murcia y tomar la salida A481 Campohermoso, dirección Níjar, a unos trescientos metros aproximadamente hay un camino de tierra a la derecha, lo tomaremos y a unos dos kilómetros nos encontramos con un aparcamiento, con capacidad para cinco o seis coches. Desde aquí ya puede verse la curvatura de parte del cráter, una vez que lo hayáis identificado cada vez que paséis por la autovía ya mirareis de manera diferente lo que parece una montaña cualquiera, pero que guarda en su interior muchísima historia geológica.
Desde el aparcamiento hay un caminito con cierta pendiente que llega hasta la parte más alta del Hoyazo, como acabamos de empezar la aventura los niños van con la motivación a flor de piel y lo suben sin complicaciones, una vez arriba, tenemos una perspectiva del cráter y nos hacemos una idea de la importancia del lugar.
Una de las cosas más divertidas de esta aventura fue la búsqueda de granates o granatillas, que son unos unos pequeños cristales del color que le da su nombre y que se encuentran en grandes cantidades en el suelo. Como la cosa iba de piedras los aventureros mas mayores de la expedición, que justo estaban viendo los tipos de rocas en el colegio, alucinaron al poder encontrar cuarzo, esquistos, andesita y otros minerales que podían identificar fácilmente.
Si descendemos por el sendero llegamos a la parte más baja de lo que era el cráter, con mucho cuidado de no resbalar porque hay materiales sueltos. En esta zona también les explicamos a los peques que hace mucho mucho tiempo todo estaba cubierto por el mar y las conchas de los animales marinos que allí vivían se fueron depositando y dejando las marcas de los fósiles en las rocas, estas marcas pueden verse fácilmente, en la siguiente foto podéis observar las hendiduras de algunos de estos restos.
Si hay tiempo y ganas está la opción de continuar descendiendo y tomar el denominado Barranco de la Grantilla que viene a salir por la parte más baja del hoyazo, pero en nuestro caso preferimos dedicar el tiempo a localizar el caché que hay por la zona, nos costó un poco de trabajo porque somos novatos en este mundillo, pero ya nos ha picado el gusanillo y no hay nada como buscar apoyo en el aventurero del grupo que sabes que no te va a fallar ;-), al final el caché fue nuestro!!!
La visita al Hoyazo de Níjar es una divertida propuesta para una mañana o una tarde con los peques para adentrarnos en el mundo de las rocas y que vayan creando conciencia del entorno que nos rodea.
¿Os animáis?
@rmoratalla
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