Valle de Tena con niños

A estas alturas del año imagino que ya estaréis pensando en las vacaciones de verano. Para la elección del destino se tienen en cuenta muchos factores como el presupuesto disponible, las preferencias de la familia, la existencia de algún evento llamativo, etc. Y en función de cada escenario nos vamos a decantar por viajes nacionales o pisando territorio fuera de las fronteras, playa o montaña, hotel todo incluido o aventuras, etc.

A nosotros el año pasado nos tocó destino nacional y de montaña, un sitio que teníamos en mente desde hacía tiempo pero por una cosa o por otra no terminaba de cuajar. Al final todo tiene su momento y justo hablando con un grupo de amigos coincidimos en preferencias e hicimos el viaje todos juntos.

El destino elegido fue El Pirineo Aragonés, un sitio ideal con muchísima oferta para familias con niños. Os voy a contar como organizamos nuestro viaje y los sitios que visitamos por si os sirve de inspiración para vuestras próximas vacaciones.

Lo primero a decidir es el sitio donde establecer “el centro de operaciones”, nosotros estuvimos ojeando las posibles actividades que había por cada zona y finalmente nos decantamos por el Valle de Tena (en el Pirineo Aragonés hay tres zonas diferenciadas, Valle de Aragón-Jaca, Valle de Tena y Valle de Ara-Ordesa), aunque hicimos excursiones a las otras zonas el campamento base lo teníamos en Biescas.

Otra cuestión importante a decidir es el alojamiento, tras mirar algunas casas rurales y hoteles, nos decantamos por alquilar un bungalow dentro de un camping (en esta entrada podéis leer mi opinión sobre estos temas 😉  ) teniendo en cuenta que íbamos a estar una semana, los bungalow nos ofrecían la posibilidad de poder hacer las cenas en casa y si algún día nos apetecía, poder hacer uso del restaurante del camping, además de dar uso a las instalaciones como la piscina (que por cierto solo usamos un día porque bajaron las temperaturas). Tras dar algún rodeo que otro seleccionamos el Camping Gavin, desde nuestra experiencia lo recomendamos encarecidamente.

A la hora de definir las actividades que íbamos a hacer hicimos un barrido por algunos blog de viajes, además de consultar los típicos foros de viajeros en busca de consejos y opiniones que nos diesen pistas de cuales eran las mejores opciones y he aquí nuestra selección:

Parque Faunístico La Cuniacha. Es un parque faunístico en el que los animales están en “semilibertad”, además de que el entorno en el que se encuentra es espectacular, está muy cuidado y  los animales viven en un entorno natural similar a su hábitat. El paseo se hace caminando, en total son unos seis kilómetros todo el recorrido que tranqilamente se hace en una mañana, aunque si lleváis niños muy pequeños es recomendable una mochila para portearlos.

-Exursión en el Tren de Tramacastilla.  Es un tren turístico como el que estamos acostumbrados a ver en algunas ciudades pero que está acondicionado para subir a la montaña. La excursión dura sobre 2:30 y en su recorrido va a haciendo paradas en los lugares de interés, como el Ibón de Tramacastilla (los ibones son pequeños lagos de montaña de origen glaciar) o una parada en una zona a mas de 2.000 metros de altitud rodeados de vacas (éxito garantizado para los pequeños).

Telecabina de Panticosa. Panticosa es una de las estaciones de esquí mas importanes de la zona, y en verano los telecabinas siguen funcionando y permiten subir a la estación de esquí desde donde se puede coger un autobús (también acondicionado para los caminos de montaña) que sube al Ibón de Sabocos, sin duda alguna para mi uno de los sitios más espectaculares de los visitados en la zona.  Venden billetes combinados para subir a la estación y además menú en el restaurante que hay arriba.

-Visita a Sallen de Gallego, para mi uno de los pueblos más bonitos de los que visitamos por la zona. Está justo al lado de la estación de esquí de Formigal. Tiene un carisma especial que hace que parezca un pueblo de cuento.  No dejéis de tomar un té en la cafetería del Hotel Balaitus, es un local con una atmósfera especial y con una decoración maravillosa que incluye fotos antiguas relacionadas con el mundo del montañismo.

-Excursión a Jaca. Es una ciudad pequeña pero con algunos puntos de interés muy bonitos, como la Ciudadela con visita guiada recomendable para los peques porque se hace muy amena, la preciosa catedral de estilo románico  y lo mejor de todo los ricos hojaldres de las pastelerías que hay en el entorno de la plaza mayor. El día de la excursión de Jaca aprovechamos para visitar la Cueva de las Guixas (que para nada recomiendo para ir con los niños, puesto que la guía que había ese día para nada supo empatizar con nosotros y la visita finalmente fue un poco decepcionante) y la estación de  Canfranc, estación que conectaba España y Francia y que actualmente está en desuso. Por cierto, si vais por estos parajes cuando estén cubiertos de nieve, no dejéis de hacer una ruta con raquetas de nieve, nos lo han recomendado y estamos deseando probar.

Castillo de Loarre y Maillos de Riglos. Este es el punto que tiene un mayor trayecto desde nuestro punto de partida, pero la visita al castillo merece la pena, sobre todo por las vistas, puesto que el interior está bastante deteriorado. A la vuelta de Loarre cogimos otra carretera diferente para poder ver los Maillos de Riglos, unas formaciones geológicas que impresionan por su magnitud y sus formas.

Torla. Torla se encuentra en el Valle de Ara-Ordesa y  es uno de los puntos turísticos más importantes del Pirineo Aragonés, el pueblo en sí ya merece un tranquilo paseo para disfrutar de su arquitectura tradicional (eso sí a la hora de comer si sois muchos las opciones son muy limitadas), también podemos visitar el centro de Visitantes del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y realizar una excursión hasta el río por un bonito sendero. Pero sin duda alguna si por algo es conocido este pueblo es porque desde allí sale el autobús que lleva en temporada alta hasta Ordesa y Monte Perdido (Esto os lo conté en este post)

 

Biescas. Puesto que el camping estaba muy cerca de Biescas también aprovechamos para conocer el pueblo, y en mi opinión bien merece la pena un paseo por sus calles y por la orilla del Río para acabar con un aperitivo en la Bodega de Pepe, tengo que decir que me enamoré de este sitio, se trata de un bar situado en una casa antigua que en su interior alberga una preciosa terraza con un parque infantil, en el que puedes estar comiendo mientras los peques lo dan todo en el tobogán ¿Por qué no pondrán más sitios como este?

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Hasta aquí los lugares que visitamos en nuestras vacaciones en los Pirineos, espero que os sirvan de ayuda si estáis organizando una escapada a esta zona, sin duda la oferta de actividades para familias es muy amplia y en una semana es imposible verlo todo, pero nos quedamos con un buen sabor de boca en un viaje en el que combina a la perfección naturaleza y cultura.

@rmoratalla

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