Hace un par de semanas que comenzaron a realizarse actividades en las red de Vías Verdes de nuestro país con motivo del XX Día Nacional de las Vías Verdes, que se celebra este domingo, 13 de mayo. Por este motivo, hemos querido compartir una aventura por la Vía Verde del Aceite, en concreto en la estación de Doña Mencía, dentro del Parque Natural Sierras Subbéticas en Córdoba.
Para aquellos que no sepáis que son las vías verdes, os contamos que son itinerarios que discurren sobre antiguas infraestructuras ferroviarias, que han sido reconvertidas a itinerarios cicloturistas y senderistas en el marco del Programa Vías Verdes, en nuestro país existen más de 2.600 kilómetros, coordinado por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles. Estas instalaciones están a disposición para su uso y disfrute, y tienen historias muy curiosas detrás.
La Vía Verde del Aceite tiene una longitud de 120 kilómetros y discurre entre Jaén y la antigua estación de Campo Real, en Puente Genil (Córdoba). Es apta para el ciclismo y el senderismo. Cuenta con 12 estaciones, 4 túneles, 13 puentes/viaductos metálicos y 6 pasarelas peatonales. En este caso, como se puede prever por su nombre, la historia que hay detrás de esa vía verde está relacionada con el transporte del aceite. Inicialmente se diseño para unir los pueblos que atraviesa con la red ferroviaria general, pero debido a que uno de sus productos estrella fue el aceite a granel, embarcado en vagones cisternas, esta línea paso a llamarse popularmente el «Tren del Aceite«.
Nuestra aventura nos lleva a una de esas 12 estaciones, la de Doña Mencía, donde se ha habilitado una zona de esparcimiento para caravanas y autocaravanas, hay un restaurante y donde se encuentran los amigos del Centro Cicloturista Subbética que te esperan para ayudarte a preparar tu experiencia en la Vía Verde del Aceite. Digo experiencia, porque al final eso, cuando vas a una instalación de este tipo buscas desconectar y divertirte, o al menos eso pienso yo. Tal es así, que cuando llegas y ves el ambiente y el entorno, te dan unas ganas de hacer deporte increíbles. Y más cuando ves el resto de familias, amigos, parejas,… con una sonrisa planificando como va a ser su aventura de hoy.
Nosotros no teníamos muy claro que medio de transporte elegir, pero nos ayudaron, y al final nos decantamos por un coche de pedales, la mejor opción para disfrutar de esta vía en modo familiar. También nos aconsejaron que fuéramos dirección Cabra, aunque la vía no tiene mucho desnivel, en ese sentido es más llano y llevadero. Con estas premisas, nos dispusimos a tener nuestro primer paseo en un coche de pedales. Lo mejor, la gente que íbamos encontrando por el camino, que al vernos además de saludarnos a nosotros, le dedicaban alguna palabra o gesto cariño a la peque. Todo iba estupendamente, la vía, el sol y las vistas de Doña Mencía, pero al kilómetro y algo, pinchazo!!! Que suerte la nuestra, 🙂 Tras una llamada al centro cicloturista, nos indicaron que no había servicio de grúa, así que con esfuerzo y unas cuantas risas volvimos, el trayecto fue corto, pero nos sirvió para tener una anécdota que no olvidaremos.
No fuimos los primeros ni seremos los últimos a los que le haya pasado esto, en el centro estaban preparados y le quitaron hierro al asunto. Para compensarnos nos devolvieron el dinero y nos permitieron usar un rato los patinetes, la pequeña alucinaba conduciendo estos vehículos sostenibles.
Llega la hora de comer, aunque podríamos habernos quedado en el Mesón La Cantina, ubicado en la antigua estación de Doña Mencía, decidimos ir al pueblo a dar un paseo. Nosotros fuimos en coche, pero tienes la opción de ir a través de la Ruta de los Rincones con encanto, que une la Vía Verde con el centro del pueblo. Además de esta ruta interna, hay más en el pueblo y sus alrededores, una forma muy original de conocer el patrimonio y los vinos de esta localidad.
Nuestro paseo nos llevo por la Fuente de la Guitarra (incluimos una foto del mosaico que tiene al lado, la guitarra está en todos los folletos), el parque de Doña Mencía, la plaza del Ayuntamiento y el Castillo de Doña Mencía. Por el camino fuimos encontrando carteles e indicaciones de las rutas internas del pueblo (Rutas Valerianas y Ruta de Rincones con encanto), que te ayudaban a comprender la historia y la funcionalidad de las distintas construcciones.
Para comer, elegimos Casa Morejón gracias a una recomendación de TripAvisor, y resultó ser una gran elección. Es una casa de comidas con una larga trayectoria, que se fundo en 1947 como posada, y desde entonces ha ofrecido comida típica y vinos de la tierra. Aconsejable pedir varios platos para compartir de salmorejo, croquetas, tomate guisado y lomo en orza; y prever un hueco para los postres caseros, en especial para la crema de la abuela.
Con la satisfacción de haber hecho un poquito de deporte, disfrutado de un espacio histórico como es la vía verde del aceite, andado por las calles y disfrutado de su gastronomía. Nos despedimos de Doña Mencía, con estas muchas más anécdotas, que se han convertido en una experiencia para compartir con vosotros.
En la Vía Verde del Aceite o en en cualquiera otra vía verde de nuestro país, encontraréis unas instalaciones estupendas para disfrutar de la naturaleza en la mejor compañía, vuestra familia. Están ahí para eso, aprovechadlas!!
@cabraluz
#NoOlvidesTuCantimplora que la vida es una #Aventura
La Vía Verde del Aceite a su paso por Luque.
Más aventuras en el Parque Natural Sierras Subbeticas
Aventura en la Vía Verde de Lucainena de Las Torres (Almería)
La Cantimplora Aventurera 