Partiendo de la base de que no soy muy fan de los zoológicos, aquarium, parques temáticos de fauna y demás centros donde tienen a animales salvajes en cautividad, entiendo que cumplen con una labor de investigación, conservación (de algunas especies en peligro de extinción) , divulgación y concienciación, e incluso en algunos casos (como ahora os contaré) hacen labores de recuperación de animales salvajes heridos, así que por mucho que hace unos años decía que no llevaría a mis hijos a un zoo, finalmente he sucumbido y hemos visitado el Aquarium de Roquetas de Mar con los peques.

Llevábamos una semana pensando que íbamos a poder ver tiburones, caballitos de mar, delfines, pulpos y otros animales marinos en vivo y en directo, así que cuando llegó el día de la excursión la emoción en casa era máxima. El aquarium es pequeñito y la duración de la visita pude variar mucho en función de la edad de los niños y en cómo les vayamos contando cosas acerca de cada área, nosotros estuvimos una hora y media aproximadamente, pero con niños más mayores se pueden preparar fichas de trabajo que se pueden ir completando a lo largo del recorrido.

La visita está organizada bajo la temática del ciclo del agua pasando por la condensación de vapor de agua en las nubes, la lluvia, los ríos, los mares, los océanos….,   En la primera sala hay una cascada que simboliza la condensación de las gotas de lluvia en las montañas y la formación de pequeños ríos que luego se juntan para formar otros más grandes, los grandes ríos desembocan en los mares por lo que la siguiente sala están los mares tropicales.

En el siguiente espacio está el oceanario donde se encuentran los tiburones, además de muchos otros peces grandes como águilas marinas y peces guitarra, en esta sala hay una especie de semitúneles con cristaleras que genera un efecto de inmersión en el fondo del mar y los tiburones pasan por encima nuestra, este espacio fue el que más nos gustó, aunque al pequeño de la casa no le hacía demasiada gracia tener a los tiburones a tan corta distancia,! Eso que llevaba una semana pensando en ellos!!!

Después se pasa a la zona del Mar Mediterráneo donde hay varios espacios donde se representan diferentes ecosistemas, protagonizados por la Posidonia Oceánica (que por si hay algún despistado se trata de una planta acuática endémica del Mediterráneo símbolo de la buena calidad de las aguas marinas), en esta zona lo que más llamó la atención de los niños fue la tortuga Juan; Juan es una tortuga boba que fue rescatada con heridas en su aleta izquierda y desde el Aquarium Roquetas junto con la Asociación Equinac, han conseguido salvarla, aunque tuvieron que amputarle la aleta no pueden devolverla al mar porque no sería capaz de sobrevivir, pero en el aquarium se le ve feliz.

Y como despedida nos encontramos con el tanque de las rayas, en las que bien remangaditos se pueden tocar los animales, ¡Nunca por la parte de abajo! Que se pueden enfadar y muerden, como podéis imaginar esta fue la parte más divertida y que mas juego nos dio.

Nos contaron que además de hacer la visita por libre, también organizan otras actividades como el poder alimentar a los animales, bucear con los tiburones, e incluso celebran cumpleaños, puede ser una buena idea para salir de los sitios convencionales.

Os recomendamos la visita, eso sí, no vayáis con la idea del Oceanográfico de Valencia, pero es un plan entretenido para pasar la mañana o la tarde con los peques, si queréis comprar las entradas antes de ir, podéis hacerlo a través de taquilla.com.

@rmoratalla

#noolvideslacantimplora

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