Pensábamos que nos íbamos a librar del virus de la gripe que campea a sus anchas por los colegios y centros de trabajo de media España, pero al final hemos caído, y nos ha tocado pasar toda la semana en casita sin salir. Para hacer las tardes más llevaderas y entretener a los peques entre pico y pico de fiebre, nada mejor que ponernos manos a la masa en la cocina. He de decir que el primer ingrediente que hay que poner en la receta que se escoja es la paciencia, y en altas dosis; porque son niños, porque quieren hacerlo todo solitos, porque su psicomotricidad no es la de un adulto, porque quieren respuesta a todas las preguntas y porque son geniales.
Nosotros habitualmente hacemos algunas recetas de bizcochos o magdalenas pero en esta ocasión os voy a contar cómo ha sido nuestra primera experiencia con las galletas decoradas con fondant. Aprovechamos que queríamos hacer un regalo para una amiga muy especial que acaba de ser mamá y hemos hecho unas galletas con temática de bebé para regalárselas.
La receta la hemos cogido del blog de My Trendy Party, a través del cual Sonia nos cuenta sus trucos para conseguir que nuestras fiestas sean perfectas, yo he aprendido todo lo que se sobre mesas dulces y decoración de fiestas de ella, os recomiendo que os paséis por el blog y os quedéis porque vais a aprender un montón.
Ingredientes:
350 gramos de harina
90 gr de azúcar moreno
125 gr de mantequilla
1 huevo
2 cucharadas de miel
1 pizca de sal
1 cucharada de jengibre en polvo/ se puede sustituir por cacao
1 cucharada de canela
Se bate bien el huevo y se va añade la mantequilla (que la habremos sacado del frigo una media hora antes), el azúcar, la miel y se bate bien hasta que se integre. Después se echa el jengibre, la canela y una pizca de sal. Por último se añade la harina, si puede ser tamizada mucho mejor (este el momento culmen de los niños cuando se pelean por el tamizador y la cocina queda como un portalico de Belén nevado 🙂 Se hace una bola y se guarda en el frigo envuelta en film transparente, mínimo cuatro horas, nosotros la dejamos hasta el día siguiente.
Aquí viene la parte más divertida en la que la masa de las galletas hace las funciones de plastilina, que cada uno coja sus moldes y a trabajar. No tengáis miedo porque la masa adquiere una textura perfecta para poder trabajarla fácilmente sin que se pegue.
Precalentamos el horno a 180 grados y las meteremos durante 10-12 minutos, no os confiéis demasiado que pasan rápidamente de estar blanquitas a quemarse. Cuando se hayan horneado es muy importante que se enfríen en una rejilla, para que les entre el aire de manera homogénea y no cojan humedad.
Una vez se hayan enfriado, estarán listas para decorar.
Se pueden decorar con glasa o con fondant, para los principiantes como nosotros, y para niños mas pequeños el fondant es la mejor opción.
El fondant lo podéis comprar en cualquier supermercado, es importante trabajar el fondant un poquito antes de estirarlo para que coja la textura deseada y sea más fácil de moldear. Si veis que se pega en la superficie de trabajo, en el rodillo o en las manos, podéis espolvorear un poquito de maicena, nunca uséis azúcar, que entonces quedará mas pegajoso y conseguiremos el efecto contrario. Se usan los mismos moldes que hayamos utilizado para hacer las galletas y para que se peguen bien se pasa una brocha con un poquito de agua y quedan perfectas.
Aquí tenéis el resultado, para ser nuestra primera experiencia nos damos por satisfechos además de que estaban buenísimas.
Aparte del resultado final de las galletas, nos quedamos con todo lo que su elaboración aporta a los pequeños: trabajo en equipo, conocer los ingredientes que llevan los alimentos que comen, desarrollo de la psicomotricidad satisfacción por el resultado de un trabajo realizado, etc, etc.
¿Os animáis a hacerlas?
@rmoratalla
#NoOlvidesTuCantimplora que la vida es una #Aventura
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