No hay nada que haga más ilusión a un niño que dormir en una tienda de campaña, el simple hecho de montarla ya es toda una aventura para ellos, el problema es que a veces la ilusión no es compartida por los padres, al menos en mi caso…. Os cuento.

A mí siempre me ha encantado ir de camping: amigos, naturaleza, barbacoa, juegos y charlas hasta el amanecer…. En los que solo tenías que llevar la tienda de campaña, un saco y si te pones muy exquisito una silla y una mesa, pero con niños la cosa cambia y mucho.

La logística es mucho más compleja: tienda de campaña, sacos de dormir, colchón hinchable, bomba para el colchón hinchable, sillas, mesas, neveras o alquilar una, imprescindible contratar la toma de corriente sobre todo si son bebés, hay que calentar la leche, la comida, etc. El bebé que se despierta llorando en mitad de la noche y despierta a los vecinos de la parcela de al lado, la de más allá y todas las que hay en un kilómetro a la redonda, el mayor con ganas de ir al baño a las dos de la mañana, horas centrales del día con calor insoportable, viajes al lavadero a fregar los platos y el chupete que se ha caído diez veces al suelo… y así hasta el infinito y mas allá. Como parte positiva está el contacto directo con la naturaleza y las amistades entabladas con los vecinos de parcela (los mismos que despertamos la noche anterior ;-), la libertad de moverse por el camping como si estuviesen en un pequeño pueblo, y si además el camping es de cierta categoría suelen tener animaciones y actividades para los más pequeños (hay algunos que tienen auténticos parques acuáticos), que hacen que la aventura sea aún más intensa.

Para buscar el equilibro entre las ventajas que ofrece el camping y los inconvenientes de la tienda de campaña cuando se necesita tanto apoyo logístico, creo que la solución está en los bungalow o cabañas de madera, que cuentan con todas las comodidades de un apartamento: cocina, cuarto de baño propio y otros elementos que facilitan la estancia con los niños, sin perder la esencia de la convivencia y de poder disfrutar del contacto directo con el entorno.

Bongalow de Madera

Aunque el nivel campista avanzado es para las caravanas o autocaravanas, aquí sí que alucinan los niños al estar en una casa versión pin y pon, con miles de cajones y recovecos donde guardar cosas y poder esconderse. Desde mi punto de vista lo positivo de este tipo de alojamiento es que puedes desplazarte por prácticamente toda europa alojándote en campings o zonas para caravanas, versión que siempre resulta más económica que un hotel o apartamento, además de que suelen estar en entornos naturales privilegiados, pero cuenta con el inconveniente que si la adquieres en propiedad ya te condiciona a tener todas las vacaciones en este formato (por lo que tiene que ser algo que te guste muchísimo) y si tienes que alquilarla la ventaja del ahorro se diluye. Aunque reconozco que hay ciertos destinos que piden a gritos ser recorridos en caravana como Islandia o las Montañas Rocosas de Canadá…. viajes que están en la lista de los “must” de la cantimplora y que esperamos poder contaros algún día en el blog.

En definitiva después de la experiencia vivida con los peques en tienda de campaña yo me paso al bungalow, que al fin y al cabo se trata de que disfrutemos todos y que estemos lo más cómodo posible sin renunciar a las ventajas del camping.

Vosotros que opinais ¿Camping si o no? ¿En tienda de campaña? ¿Bungalow? o ¿Sois aficionados a las caravanas?

@rmoratalla

#noolvidestucantimplora