¿Os ha pasado alguna vez que buscando una actividad que os han recomendado habéis encontrado otra que os ha sorprendido mucho? Pues eso nos ha sucedido con IberFauna, localicé esta reserva de animales a través de la web de Zuheros, cuando buscaba información sobre la Cueva de los Murciélagos y el propio municipio. Sólo llevan 3 años en marcha y no es muy conocida, pero es una visita imprescindible para aquellos que visiten la Subbetica.

IberFauna es una reserva de animales de fauna ibérica que acoge en semi-libertad animales que por motivos físicos o psíquicos no pueden convivir en su medio natural ni con humanos, la mayoría de los que hay han sufrido episodios de maltrato o abandono, siendo este centro su única alternativa para poder sobrevivir. También tiene una granja escuela, un huerto ecológico y una zona de rapaces. Está situada “sobre” Zuheros con unas vistas impresionantes de este pueblo con encanto.

Para concertar la visita hay que contactar con ellos vía telefónica o por e-mail ya que organizan grupos por la mañana y por la tarde, coincidiendo con el momento en el que alimentan a los animales para que así se puedan disfrutar en mayor medida. El coste depende del número de personas que asistan, la entrada de los menores de 3 años es gratuita.

La visita se organiza en tres partes, en la primera se visualiza un vídeo de carácter educativo. En nuestro caso, al estar formado nuestro grupo por más niños que adultos, Antonio, el guía, decidió que lo más adecuado era un vídeo de concienciación de la necesidad de reciclar y respetar el medio ambiente. Tuvo mucho éxito entre los más pequeños y supo hacer frente a varias preguntas muy variopintas, incluida si había pingüinos en la reserva. Se nota que Antonio hace algo que le gusta y que los niños son una de sus debilidades, los trató como si fueran adultos y a los adultos nos hizo sentir y disfrutar como niños.

Después accedimos a la reserva a través de la granja y el huerto ecológico, Antonio nos explicó porque los animales tienen pico, patas,… en función del medio en el que viven, los niños alucinaban con las explicaciones tan sencillas y cercanas y lo mejor fue cuando pudimos darle de comer a la burra Platea, e incluso subirse para fotos. En esta zona además de animales de granja, hay un cerdo vietnamita y una cabra diminuta que conviven en total armonía en un espacio común. En este grupo de animales, Platea es la más exploradora, ya que sale de su cuadra con total libertad.

Antes de pasar a la zona de reserva ibérica como tal, hay un punto de sensibilización medioambiental, donde se recuerda como se puede reciclar y los tipos de energía que podemos usar.

Desde aquí, las visitas de la reserva se mezclan con el entorno, está totalmente integrada en la ladera de la montaña, ver corretear a los animales y de fondo Zuheros es indescriptible. La primera zona es donde están los 3 ejemplares de lobo ibérico, un macho y dos hembras, hay que estar en silencio y relajaditos para verlos corretear. Seguimos andado y comenzamos a ver animales moviéndose por todos sitios. Llegamos a un mirador que será una zona de demostraciones de rapaces, cuando estas estén preparadas, con vistas a Zuheros.

Continuamos andando y comienza la parte más interactiva de la visita, vemos animales sueltos por el sendero y otros en sus espacios: hurones, jineta, … hasta que llegamos al lince boreal, IM-PRESIONANTE, él nos miraba embelesado y nosotros a él, pero cuando Antonio nos dijo “que sepáis que ahora mismo está pensando que niño se comería primero” todos lo miramos con más respeto aún. Nos contó que tienen que alimentarlo con animales muertos pero sin procesar de ningún modo, para que el crea que lo ha cazado, así que introdujo un conejo muerto entero por una rendija y en unos minutos pudimos escuchar como crujían los huesos del conejo entre sus dientes. El ciclo de la naturaleza es lo que hace avanzar todo.

Avanzando en nuestro recorrido, otra parada que nos impresionó mucho fue el zorro, sobre todo porque fueron los niños los que se introdujeron en su espacio para alimentarlo. Este era el regalo que les prometió Antonio si se portaban bien.

Seguimos el camino y tras pasar por la casita de la libre, llegamos nuevamente al espacio de los lobos ibéricos, el recorrido es circular. Antonio entró con un saco de comida e intentó llamar la atención de estos para que se dejaran ver, pudimos ver a la hembra beta y nos contó como esta se enfrentaba continuamente a la hembra alfa pero sin buen resultado.

Llegamos a la última parte del recorrido: las rapaces. Esta zona impacta pues sabes que son animales que tendrían que estar volando entre los riscos y los ves en espacios reducidos, el único consuelo, saber que esta es su única opción. La primera ave es un buitre leonado, su mirada y su vuelo me dejo paralizada, que majestuosidad y elegancia en sus movimientos, me habría quedado horas mirando cómo se movía. A continuación búhos, mochuelos y más rapaces, yo me quede en el buitre, siento no poder contar más de los demás, me impacto mucho; sólo pensaba todas las veces que había andando por senderos que eran su hábitat natural y había querido verlo de cerca, conformándome con que sobrevolara mi cabeza, y ahora tenerlo tan cerca, y verlo tan vulnerable,… pero se que esta en buena manos y que tiene una opción para vivir.

Después de las rapaces, llegas a una zona recreativa con mesas y bancos y con vistas al pueblo, donde íbamos a disfrutar de una pequeña exhibición, digo íbamos porque como nos dijo Antonio habría que respetar la decisión de los animales, y ese día no querían actuar, así que nuestra visita finalizó ahí. Admirando el pueblo y hablando de lo que habíamos aprendido con esta visita, 2 horas muy bien aprovechadas.

Os recomiendo encarecidamente que visitéis este lugar, y que disfrutéis de su entorno, de los animales y de las explicaciones de los guías, vuestras visitas son la única forma de ayudar a que este lugar siga vivo.

#NoOlvidesTuCantimplora que la vida es una #Aventura

@cabraluz