La Cueva del Tesoro, situada en el Rincón de la Victoria (Málaga), es una de las tres cuevas de origen marino del mundo, la única en Europa, las otras dos se encuentran en Asia y América Central. Visitarla y conocer las historias y leyendas de cada uno de sus rincones, es una actividad ideal para entender cómo se crearon y la importancia que tuvieron. Forman parte de un entramado de cuevas situadas en la zona conocida como El Cantal, siendo la zona visitable el sector de la Cueva del Tesoro.

Una de las historias versa sobre su propio nombre, el real es «Cuevas de Higuerón» pero pasaron a llamarse «Cuevas del Tesoro» por la «Leyenda del tesoro de los cinco reyes». Esta leyenda hace referencia al tesoro de los cinco reyes de la dinastía almorávide, cuyo último rey, Tesufín ibn Ali, habría muerto en la ciudad de Orán en el año 1145, a manos de los almohades, tras embarcar el tesoro real rumbo a Al Andalus (Andalucía). Los rastros de este tesoro se perdieron, y fue Fray Agustín de Milla y Suazo, natural de Orán, quien en el siglo XVII recogió la leyenda en su manuscrito “Historia Eclesiástica y Secular de Málaga y su Obispado”, y en el que señala como lugar de enterramiento del tesoro a la cueva del Higuerón. Con posterioridad esta leyenda se ha recogido en más manuscritos y libros, pero quizás que su descubridor, Manuel Laza Palacio, encontrara un pequeño candil con 6 monedas de oro, fue uno de los detonantes para que varios fueran los que se aventuraran a buscar ese tesoro, incluido él; y en algún caso, perdiendo la vida en ello, como el suizo Antonio de la Nari, falleció en 1847 en una de las explosiones con pólvora, uno de los espacios de la cueva se llama «Sala del Suizo» por este hecho.

Para conocerlas tenemos dos alternativas: una visita audioguiada tras comprar las entradas en las propias instalaciones (abierto todo el año excepto 25 de diciembre, 1 y 6 de enero; en horario de mañana y tarde); o conocerlas de la mano de CAVERNARIO – Parque de la Prehistoria, nosotros nos decantamos por esta opción. Cavernario es un actividad para conocer como vivían nuestros antepasados, su cultura, su arte; mediante el aprendizaje de una forma divertida, ya sea en familia o en grupos. La actividad para familias incluye una visita guiada a la Cueva del Tesoro y varios talleres (cerámica neolítica, pintura rupestre y taller de caza y tiro con arco). Os contamos nuestra aventura.

Llegar a las Cuevas del Tesoro y que te reciba un cavernícola dándote con el mazo en la cabeza como bienvenida, tengas las edad que tengas, es un gran augurio. Así te reciben los miembros del Clan del Oso Cavernario. Después te llevan hasta un parque situado al lado del aparcamiento de las Cuevas, donde se encuentra una réplica de la zona de pinturas rupestres (no visitable por cuestiones de conservación), que está situada encima de las propias cuevas. Ahí es donde verdaderamente comienza todo…

Las explicaciones y preguntas están destinadas a los más pequeños, pero a los mayores nos viene genial para recordar y refrescar conceptos :). Lo mejor, escuchar la interpretación inocente de los niños a un dibujo: habéis visto la imagen principal de está aventura ¿Verdad?, está dibujada justo en la parte superior de la réplica, ¿qué parece?… venga no dudéis, parece que es «Ir»… error, los cavernícolas no tenían el mismo lenguaje que el nuestro… es el dibujo de el líder del Clan que habitaba las cuevas junto con su arco (momento comparativo con el «Indalo almeriense«, quizás eran primos…). Después hay que visitar la réplica del líder y tocar los enseres que usaban nuestros ancestros en su día a día.

 

Seguimos a nuestro líder en la aventura de hoy, el Cavernícola Germán, nos disponemos a visitar las cuevas, pero antes visualizamos un vídeo explicativo de su origen submarino (impresionante). El acceso a las cuevas se puede hacer a pie, por escaleras o con un ascensor, avisamos que una vez dentro de las mismas, hay escaleras por el recorrido, a tener en cuenta para las personas con movilidad reducida o los que vayáis con carrito de bebé. Recomendamos acceder a pie e ir viendo y leyendo los paneles informativos que hay en cada rellano.

La primera sala es la «Sala de la Virgen» se llama así porque en ella hay una pequeña imagen de la Virgen del Pilar conmemorando el día que la descubrió Manuel Laza Palacio (12 de octubre de 1951). Si observáis la siguiente imagen, a la izquierda hay un hueco oscuro donde hay una verja, por ahí es por donde accedió el descubridor; a la derecha esta la oquedad iluminada, donde está la Virgen del Pilar. La sala es fruto del descombro posterior de la cueva.

En esta misma sala avanzando un poco y bajo nuestros pies, se sitúa la «Sala del Suizo», ¿Recordáis?, el que con pólvora intentó encontrar el tesoro de la cueva. Continuamos por la izquierda y llegamos a la «Sala de Marco Craso», se llama así porque se dice que este tribuno romano se escondió aquí cuando era perseguido.

 

Avanzando entre sala y sala, vamos observando lo que la fuerza del agua del mar hizo en este acantilado, creando figuras de todo tipo, hasta un águila que da nombre a la «Sala del Águila», donde además hay muchas otras formaciones que veréis si dejáis volar vuestra imaginación (la siguiente imagen es el águila, así no está situada realmente en la cueva, pero es para que la veáis fácilmente).

En esta sala también hay una cascada de… ¿Adivináis que es? es sal. La veréis si acercáis el frontal o la linterna del móvil.

La siguiente sala en el recorrido, es una de esas casualidades que no te esperas, la «Sala Noctiluca» llamada así porque en ella está el templo dedicado a la diosa lunar mediterránea Noctiluca, la que luce en la oscuridad. A sus pies hay un altar bicorne donde se encontraron restos de cenizas de animales sacrificados en su honor. Imponente la imagen y observar el altar. Parece ser que esta imagen no fue tallada por el hombre sino por la naturaleza.

Visitando esta sala, nos enteramos de algo que nos llamó muchísimo la atención, varios autores refieren tres grandes santuarios prehistóricos en el sur de la península: el dedicado a Hércules en el Peñón de Gibraltar (Cádiz); el de la diosa lunar, Noctiluca, situado en las Cuevas del Tesoro (Málaga); y, por último el de la Venus Marina en Cabo de Gata – Nïjar (Almería). Investigando esto último, parece ser que en el Cerro de la Testa existió ese santuario, prometemos investigar más sobre el tema, pues nos toca muy de cerca.

Continuamos hacía la última sala de esta zona de la cueva, la «Sala del Volcán», se llama así porque es donde se registra la mayor temperatura de la cueva y es la zona más profunda. Se está investigado en esta zona, prueba de ello son los escalones que se ven en la siguiente foto.

A partir de aquí volveremos sobre nuestros pasos, hasta llegar nuevamente a la «Sala de la Virgen», disfrutando más si cabe con cada uno de los detalles que nos encontramos por el camino. La última parte de la visita es la «Sala de Los Lagos«, es la sala más amplia y húmeda; debido a las filtraciones de agua dulce a través de la piedra, se han formado tres lagos de forma natural. Intentad visitarla cuando no haya muchas personas en la misma, así podréis subir y bajar escaleras oyendo el sonido del agua….

 

En nuestro caso, al salir de esta sala, nuestro guía Germán, el primo del Cavernícola del mismo nombre que nos recibió a nuestra llegada, nos dio información privilegiada, nos dijo que en esa zona se había encontrado unas monedas del tesoro no hacía mucho tiempo… y nosotros encontramos más 🙂

Tras la visita a la cueva, toca un tentempié y realizar los talleres didácticos (la zona donde se hacen los talleres tiene mesas, bancos y fuentes, un lugar ideal para hacer un picnic). Comenzamos con el de tiro con arco, la primera vez para muchos de nosotros y no se nos dio nada mal.

Después es el momento de la pintura rupestre, Germán nos enseñó fotos de pinturas rupestres de varias épocas, lo que nos permitió ir viendo como iban evolucionando nuestros antepasados; así como los materiales de los que sacaban las tintas para pintar. Tras ello, manos a la obra y hacer nuestra obra de arte, sólo agua, tintes naturales y pincel.

 

A por el último taller, cerámica neolítica, con una arcilla fácil de moldear y con unas pequeñas instrucciones, creamos nuestros propios platos, vasos y utensilios, muchos de ellos con toques marinos, nuestros antepasados ya los usaban con ese fin.

 

Con esto terminamos nuestra aventura Cavernario, desde las 10:30 hasta las 14:00 estuvimos aprendiendo jugando en familia, ya nos sentimos del Clan del Oso Cavernario.

Os invitamos a que visitéis la Cueva del Tesoro y viváis una aventura prehistórica en familia, lo podéis hacer los fines de semana; contactad con el Cavernícola Germán y su primo, seguro que estarán encantados de enseñaros como era la vida en El Cantal.

Nosotros seguro que conoceremos a más miembros del Clan del Oso Cavernario, pues el cavernícola nos habló de sus primos que viven en la Cueva de Ardales y los Dólmenes de Antequera. Aventuras a la vista!! 🙂

 

#NoOlvidesTuCantimplora que la vida es una #Aventura