LUQUE: “Tierra de Fronteras”

En el puente del Pilar hemos estado en el Parque Natural de las Sierras Subbéticas conociendo varios de sus pueblos y realizando actividades muy diferentes, pero todas en modo familiar.

Este destino lo hemos elegido por su cercanía, menos de 3 horas a Almería y porque el año pasado estuvimos en Cabra y la zona nos llamó mucho la atención. Además varios amigos nos hablaron de Zuheros y tenemos otros en Doña Mencía y Rute, así que sumando toda la información y con la intención de disfrutar de unos días de desconexión, allá que nos fuimos la familia aventurera a recorrer esos parajes.

Nuestro campamento base se ha situado en el municipio de Luque: uno de los pueblos más antiguos de la comarca, y que por su ubicación geográfica se ha denominado “Tierra de Fronteras” entre la sierra y la campiña. Cuenta con unas vistas de ambos espacios únicos, en especial desde los pies de su castillo nazarí. Además forma parte de la Ruta del Califato (ruta turística perteneciente al conjunto de las denominadas Rutas de Al-Ándalus, que une las ciudades de Córdoba y Granada, atravesando las provincias de Jaén, Córdoba y Granada).

Ruta_del_califato
Ruta del Califato

Para alojarnos encontramos un apartamento a través de www.airbnb.es situado en la calle Carrera, cerca de la Torre Civil del Reloj, que resultó ser una de las calles principales del pueblo que desembocaba en la Plaza de España (donde teníamos que aparcar, estábamos a unos 300 metros), teniendo a nuestro alrededor todo lo necesario (farmacia, carnicería, supermercado, bares,…). Desde ahí comenzamos a conocer este municipio y toda la comarca.

Lo más destacado de Luque es la Plaza de España encontrándose a su alrededor el Castillo “Hins Lukk” (que en breve comenzará a rehabilitarse), el Ayuntamiento, el centro de la Tercera Edad, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, la Cueva de la Encantada, el Museo Municipal de Luque, el teatro al aire libre y varios parques y jardines. Este núcleo es totalmente accesible y se visita tranquilamente gracias a los arboles que hay y al sendero de las murallas del castillo, desde donde se pueden ver los bunkers de la Guerra Civil del Alamillo (nos quedó pendiente su visita, hay un pequeño sendero desde la Estación de Luque para acceder a uno de ellos, ya que son dos, situados uno frente al otro, para defender la antigua estación) y las murallas y aljibe califal en la parte superior del Barrio Medieval de Santa Cruz (se accede al él desde la plaza). No visitamos la Cueva de la Encantada (contiene escenas de pintura esquemática del neolítico calcolítico) porque en la oficina de turismo nos indicaron que no era recomendable para niños menores de 6 años, pues su visita tiene mucho contenido histórico y los niños menores se acababan aburriendo.

Cada vez que íbamos hacía la Plaza de España pasábamos por la Plaza de las Cuatro Esquinas, típico rincón cordobés, donde se sitúa la Ermita de la Aurora. Existen más ermitas en el pueblo que no llegamos a visitar y también nos quedo pendiente ver la “Cruz de la Roldana” aunque su leyenda si la conocemos.

Una vez que sabemos movernos por el núcleo de Luque nos vamos a conocer la Estación de Luque, antigua estación de tren convertida en un restaurante, situada en la Vía Verde del Aceite (discurre sobre el trazado del “Tren del Aceite” que hasta 1985 unía Jaén y Puente Genil) incluso se puede comer en un vagón. Este lugar es muy curioso, pues mantiene la estructura de la estación, incluso los carteles de cada una de las zonas. Su alrededor está muy cuidado contando con un parque infantil y varias zonas verdes con mesas y bancos donde descansar o comer, en especial aquellos que están realizando la Vía Verde. Aquí también se encuentra el Centro de Interpretación del Aceite y el sendero para acceder a uno de los bunkers de la guerra civil.

FolletoVVAceite(1)
Vía Verde del Aceite

Aquí degustamos el primer “flamenquín” de la escapada, sin lugar a dudas el mejor de todos, y también destaca su sopa de picadillo, dando nuestra peque buena cuenta de ella. Después de comer, estuvimos paseando por el entorno, totalmente integrado, y pudimos comprobar que la vía verde era imprescindible para concebir esta zona de esparcimiento. Totalmente recomendable para comer, merendar, cenar o pasar un rato agradable, e incluso alquilar una bicicleta. A todo esto hay que añadirle, a que en ella se esconde uno de los pocos caches que hay en la subbética (hay otro en uno de los bunkers) y que por supuesto encontramos y escondimos como corresponde.

Un rincón que nos ha quedado pendiente por visitar ha sido la Reserva Natural de Laguna del Conde o del Salobral, que no hemos conocido debido a que desde el sendero del castillo de Luque, un lugareño nos habló de ella y nos la mostró en la lejanía, hablaba con tristeza al estar seca por la falta de lluvias, habrá que volver en primavera. Tampoco hemos realizado ninguno de los senderos de este pueblo, pues había tantas cosas por ver o hacer que hemos tenido que sacrificar algo.

En cualquier caso y sin lugar a dudas, Luque y su entorno ha sido el mejor escenario para descansar y organizar el resto de los días por este parque, que no ha dejado de sorprendernos en cada rincón que hemos ido conocido y que iré compartiendo con vosotros en las siguientes entradas, si tenéis curiosidad… coged vuestra cantimplora y acompañadme por las subbeticas cordobesas y sus tesoros.

Nos vamos a una reserva de animales en Zuheros: IBERFAUNA: “Un escondite desconocido”

@cabraluz

#NoOlvidesTuCantimplora

2 comentarios

  1. Muchas gracias por dedicar tu tiempo a publicar sobre nuestro pueblo. Deciros a todos que en la actualidad se está realizando la última fase de restauración del castillo y que posteriormente será visitable. Es espectacular. Un saludo

    Me gusta

Deja un comentario